Como me alegra recordar esos momentos que pasé viajando, quizás mejor decir paseando, en ese tranvía, mi padre trabajó muchos años como Contable en las Oficinas de Cocheras y nosotros teníamos un carnet que nos permitía viajar en el tranvía gratuitamente y la verdad es que yo lo usaba frecuentemente, sobre todo cuando iba de fiesta los fines de semana a Santa Fé o a Churriana de la Vega unos pueblos cercanos a Granada.
Que tiempos aquellos... por desgracia esos tranvías desaparecieron. Aunque tuve la suerte de tomar el último viaje y despedir al último tranvía que subió a Sierra Nevada, ese trayecto era precioso, inimaginable, lo hice con mi madre, pues ella me lo pidio y eso me quedó grabado muy gratamente para siempre.
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