martes, 5 de enero de 2010





Como me alegra recordar esos momentos que pasé viajando, quizás mejor decir paseando, en ese tranvía, mi padre trabajó muchos años como Contable en las Oficinas de Cocheras y nosotros teníamos un carnet que nos permitía viajar en el tranvía gratuitamente y la verdad es que yo lo usaba frecuentemente, sobre todo cuando iba de fiesta los fines de semana a Santa Fé o a Churriana de la Vega unos pueblos cercanos a Granada.
Que tiempos aquellos... por desgracia esos tranvías desaparecieron. Aunque tuve la suerte de tomar el último viaje y despedir al último tranvía que subió a Sierra Nevada, ese trayecto era precioso, inimaginable, lo hice con mi madre, pues ella me lo pidio y eso me quedó grabado muy gratamente para siempre.

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